Porque pueden. Porque quieren.

Nos matan. Por zorras, putas, feministas, aborteras. 
Porque pueden. Porque quieren.

Zorra, a la chica que sale con sus amigas a divertirse y nunca manda el mensaje de “llegué”. El que espera su amiga. El que esperamos todas.

Puta. Por tener amigos, muchos novios, por vivir el amor, por enamorarse siempre, por enamorarse nunca. 

Feminista, por querer darle la posibilidad a otras de alzarse. 
Nos matan. Nos violan. Nos despojan de nuestro deseo de vivir. 
Porque pueden. Porque quieren. 

Porque yo grito mientras otras se pudren, y se las comen los gusanos, muchas con el cuerpo ultrajado, violado por quienes se creen superior a nosotras. Padres, padrastros, abuelos, tíos, primos, padrinos, desconocidos. Ellos. Porque pueden. Porque quieren. 

Pero no me callo porque me van a escuchar. En cada puño alzado, en cada carta abierta, en cada sueño cumplido, en cada marcha, en cada ascenso.

Y voy a gritar tan alto, tan fuerte y tan claro que me van a escuchar. Por las que no están, por las que sí y tienen miedo. Porque nos toca poder y querer a nosotras. Y van a escuchar nuestros rugidos, nuestro lamento por ellas que sí quisieron y no pudieron. 
Y nos van a escuchar en todo el mundo porque cuando tantos corazones se juntan ALGO pasa. 

Nos están matando: por trolas, putas, feministas. Pero no nos van a doblegar. No nuestro espíritu, ni nuestra alma. 
Y vamos a salir a gritar por nosotras y las que no están. 
Y vamos a abrazar a esas madres hermanas amigas que quedaron y que luchan y nuestro corazón va a latir al ritmo de NI UNA MENOS, Vivas nos queremos.