¿A DÓNDE VAS CUÁNDO TODOS SE FUERON?

Hay que ver a quiénes llamamos todos. 

Para mí mi “todo” es una sola persona. Es en tiempo presente porque está conmigo todavía. Pero la siento lejana. Se fue en un parpadeo. En un abrir y cerrar de ojos ya no estaba conmigo. Su calidez de repente me pareció lo más frío del mundo y me encontré preguntando si realmente en algún momento me hizo sentir calor.

Ella  estuvo conmigo cuando mis sueños eran sólo anhelos, cuando tenía más dudas que certezas cuando creí que mis demonios dominaban mi infierno y que yo era una simple pieza del rompecabezas. Y ahora que pienso, ¿a qué costo? A qué costo fui la única ante sus ojos, a qué costo me dibujó colores para que yo fuera feliz 

¿En qué momento dejé de ser yo para ser lo que ella quería que fuese? ¿Me dio alas o simplemente agrandó mi jaula para que yo creyese volar? ¿En qué momento me perdí a mí misma para convertirme en su reflejo?

Sus manos se convirtieron en garras y sus abrazos en cadenas. Siempre creí que me hacía libre, me alentó a tomar mis propias decisiones, me ayudó a no fracasar y si lo hacía a saber llevarlo con dignidad. Me enseñó a no doblegarme por nadie, a luchar por mi ideales pero queriéndolo (yo se cuánto lo deseaba) me arrastró a un juego de manipulación. Me pintaba con colores pero qué tarde me di cuenta que eran sus colores. Me di cuenta que volar se puede de a uno y que su perfume me impedía oler la verdadera libertad.

Fue mi error por no querer conocer algo más, por negarme a creer que ella me estaba encerrando en la torre más alta del castillo más lejano y que el enorme jardín lo era todo.

Fue mi error pensar que te aman como te mereces, - que me amaba como me merecía - como vos amas; pensar que le pertenecía. Que no ibas a amar a nadie como la amabas a ella.

Todo era por ella.

Yo le pertenecía.

¿Recomendación de Coyote? Mantra: los seres humanos no le pertenecen a otros seres humanos.


Comentarios

  1. Sabes, pienso que no nos pertenecemos ni a nosotros mismos, sino a lo que el momento, ese fragmentado presente, nos obliga. Somos de gustos construidos, de ganas insatisfechas, de instintos heredados y de vicios adoptados; de todo eso que creemos es propio, pero que simplemente nos ha encadenado. Y luego llegan los amigos con sus intenciones, los amantes con su sexo, su éxtasis y sus carentes necesidades.
    No somos de otros, pero tampoco de nosotros mismos. No somos de nadie.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario